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A los legisladores de Florida, preocupados por “motivos humanitarios”, se les negó la entrada al nuevo centro de detención conocido como “Alligator Alcatraz” el jueves, pocas horas después de la llegada del primer grupo de detenidos.
“Nos detuvieron casi de inmediato”, dijo la representante estatal de Florida, Anna Eskamani, una de los cinco legisladores demócratas que intentaron visitar las instalaciones e inspeccionar sus espacios.
Los legisladores fueron detenidos por agentes del orden de varias agencias de Florida y, posteriormente, un asesor general de la División de Gestión de Emergencias de Florida alegó una “preocupación por la seguridad” como motivo de la denegación, sin ofrecer detalles específicos, según Eskamani.
“Si no es seguro para nosotros, ¿cómo lo será para los detenidos?”, preguntó Eskamani al abogado.
La solicitud del grupo de ver el perímetro exterior de las tiendas de campaña también fue denegada, añadió Eskamani.
El senador estatal de Florida, Shevrin Jones, quien formó parte del grupo, dijo en una publicación en redes sociales que la ley de Florida permite a los funcionarios públicos “realizar visitas sin previo aviso a las instalaciones estatales”.
Aparentemente se refería a una ley firmada en 2023 por el gobernador de Florida, Ron DeSantis, cuyo objetivo es otorgar a los miembros de la Legislatura y a otros, derechos de visita en instituciones penitenciarias estatales, centros de detención de condados y municipios sin previo aviso.
CNN se comunicó con la División de Gestión de Emergencias de Florida para obtener comentarios.
Los detenidos llegaron a las instalaciones ubicadas en medio de los Everglades de Florida, informó la agencia estatal de gestión de emergencias el jueves, tras los informes de inundaciones a principios de esta semana. Antes de intentar ingresar a las instalaciones, los legisladores señalaron que se han recibido informes de calor extremo, problemas estructurales, amenazas ambientales y violaciones de derechos humanos que “exigen supervisión inmediata”.
“Lo que está sucediendo aquí es antiestadounidense”, dijeron Jones y otros cuatro legisladores estatales demócratas en un comunicado de prensa conjunto antes de acudir a las instalaciones el jueves. Lo que estamos presenciando no se trata de seguridad ni de resolver problemas, sino de un teatro político inhumano que pone en peligro a personas reales.
El presidente de EE.UU. Donald Trump visitó las instalaciones el martes y, poco después, las tormentas de verano, en plena temporada de huracanes en la región, causaron inundaciones, lo que agravó la preocupación sobre la capacidad del centro para albergar a migrantes.
Se observaron cables sumergidos en el agua acumulada en el suelo, y los fuertes vientos hicieron temblar el suelo y las paredes de las tiendas de campaña, según mostró un video de un reportero de Spectrum News 13, afiliada de CNN. Una combinación de observaciones meteorológicas y estimaciones de radar indica que cayeron entre 10 y 38 mm de lluvia en las instalaciones en menos de dos horas el martes, según CNN Weather.
Más tarde esa noche, “los proveedores volvieron y ajustaron las juntas en la base de las estructuras que permitieron la entrada de agua durante la fuerte tormenta, que fue mínima”, dijo a CNN Stephanie Hartman, portavoz del Departamento de Gestión de Emergencias de Florida, en una solicitud de información por separado sobre las inundaciones.
Sin embargo, podrían avecinarse más lluvias en medio de la temporada de huracanes en la región y la probabilidad de tormentas pronosticadas todos los días de la próxima semana, según CNN Weather.
Se desconoce cuántos detenidos se encuentran actualmente alojados en el complejo hasta el jueves, pero tiene capacidad para 3.000 personas, con espacio para más, según dijo Kevin Guthrie, director ejecutivo de la División de Gestión de Emergencias de Florida, en una conferencia de prensa el martes junto a Trump.
Tricia McLaughlin, subsecretaria de Asuntos Públicos del Departamento de Seguridad Nacional, afirmó que las autoridades “ampliarán las instalaciones y el espacio para camas en tan solo unos días”.
Enclavado en medio del húmedo ecosistema subtropical de humedales de Florida, “Alligator Alcatraz” se transformó de un aeropuerto de entrenamiento y transición a un campamento temporal para migrantes.
El costo estimado de funcionamiento del centro de detención durante un año es de US$ 450 millones, según dijo a CNN un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional. Añadió que Florida asumirá los costos de la instalación y luego “presentará solicitudes de reembolso” a través de FEMA y el Departamento de Seguridad Nacional.
DeSantis afirmó que la instalación es necesaria para aliviar la carga de las fuerzas del orden y las cárceles del estado, y la promocionó por estar diseñada para ser “completamente autónoma”, lo que ha llevado a defensores locales de los derechos de los inmigrantes a acusar a su administración de crear una instalación “diseñada para representar sufrimiento”.
“Claramente, desde el punto de vista de la seguridad, si alguien escapa, habrá muchos caimanes con los que tendrá que lidiar”, dijo DeSantis la semana pasada. “Nadie se irá a ningún lado una vez que lo haga. Es lo más seguro posible”.
Los migrantes serán alojados en remolques de FEMA reutilizados e instalaciones temporales de paredes blandas, según informó a CNN un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional.
Las mismas tiendas de campaña se utilizan a menudo para albergar a los desplazados por desastres naturales, como huracanes, según la oficina de DeSantis.
Probablemente serán el único refugio contra la naturaleza, ya que el verano en el sur de Florida resulta ser la temporada más lluviosa de la región, en parte debido a la actividad tropical de la temporada de huracanes y las tormentas eléctricas diarias.
Las autoridades estatales informaron que están desarrollando planes de evacuación para las instalaciones en caso de condiciones climáticas severas.
Devon M. Sayers, Chelsea Bailey y Luke Snyder, de CNN, contribuyeron a este informe.
