Probablemente, si Tom Cruise se hubiera quedado con su nombre real y no con el artístico, quizá no hubiera tenido tanto éxito en Hollywood. Las cosas como son: Thomas Cruise Mapother IV no suena igual de llamativo. Fue, quizá, lo único que le dejó su padre, Thomas Cruise Mapother III, con el que apenas tuvo relación: sufrió malos tratos a sus manos y le hizo pensar «Hay algo que no está bien con este tío. No creas en él. Ten cuidado». A mediados de los años 70, cuando el actor tenía 12 años, su madre dejó a su padre y este se volvió a casar, desvaneciéndose justo después de la vida y la memoria de Cruise, que consiguió sus primeros trabajos en el cine antes de volver a oír hablar de él.
Un padre en (muchos) apuros
En 1981, Cruise debutó con un pequeño papel (que, por cierto, daba luz a la trama de toda la película) en Amor sin fin, al que siguió otro como un joven sargento majareta en Taps. Tan solo dos años después, tras un par de bandazos en su carrera, ya había decidido qué tipo de actor quería ser y dio el primer paso hacia convertirse en una estrella gracias a Risky Business. Fue entonces cuando su padre volvió a contactar con él, a finales de 1983. Estaba agonizando en el hospital, con cáncer, y su abuela pidió que le viera de nuevo justo antes de morir.
¿La única condición? Cruise no podía mencionarle nada de su pasado juntos. Cuando el actor le vio (incluso llevó un regalo en su mano, una especie de estatua de Tom Sawyer en homenaje a la película que veían juntos), solo pudo pensar «Qué vida más solitaria». El padre murió en enero de 1984, y Tom acabó teniendo pena por él. Aunque Cruise no se abriría del todo hasta una entrevista en 2006, lo cierto es que ya se podía intuir lo que sentía en la obra maestra que es Magnolia, rodada en 1999, 15 años después de la muerte de su padre.
Si recuerdas la obra de Paul Thomas Anderson, recordarás sin duda la escena en la que Frank Mackey, el personaje de Cruise, se queda al lado de la cama de Earl, su padre ausente, mientras este muere. La cara del actor traspasa la interpretación para convertirse, durante unos momentos, en realidad. Y ahora sabes por qué: la situación era demasiado similar a las vivencias de su historia real. Por cierto, si puedes, haz un ejercicio y vuelve a ver las películas de Cruise, investigando cuáles tienen problemas paterno-filiales o hablan de padres ausentes. Desde Jerry Maguire hasta Top Gun: Maverick tienes un buen filón donde rascar y saber más sobre los traumas del actor más importante de Hollywood hoy en día.