
E pluribus unum. De muchos uno. De muchos pueblos, de muchas naciones, de muchas personas, un solo pueblo. Eso es lo que significa Pluribus, la nueva serie de Vince Gilligan. Es, en un resumen muy breve, ciencia ficción de la buena. Se centra en una invasión donde los alienígenas toman control de prácticamente todo el mundo en la Tierra, excepto de 12 personas. Una de ellas es la protagonista, que vendría a ser algo así desde el punto de partida como la persona más antipática de la Tierra.
Llevo dos meses y medio trabajando en el top de las mejores series del siglo XXI y puedo decir que Vince Gilligan es el creador de dos de las series más importantes de esta época. ¿Cuáles son las dos series súper importantes que ha hecho Gilligan, canónicas este siglo? Son Breaking Bad y Better Call Saul, que además sabéis que son dos series obviamente interconectadas porque Better Call Saul es un spin-off de Breaking Bad. No entra Pluribus porque no me la he visto entera.
Pluribus narra una invasión alienígena que conecta directamente nuestra serie con tres grandes clásicos de la ciencia ficción. Tres pilares del género que, si no habéis visto, os recomiendo encarecidamente: seríamos todos más felices si les dierais una oportunidad.
La referencia principal es La invasión de los ultracuerpos (1978), de Philip Kaufman, nueva adaptación del La invasión de los ladrones de cuerpos de Donald Siegel. Personalmente, prefiero la versión de Kaufman, la de los años 70, famosa en la era de Internet gracias al meme de Donald Sutherland señalando y gritando. Es una película increíble y sin duda la influencia más decisiva para Pluribus. Pero hay más. También está El último hombre vivo (1971), de Boris Sagal —The Omega Man en su título original—, otra pieza esencial dentro de las referencias que manejamos. Y la tercera película de ciencia ficción, canónica, que tenéis que ver, que es obra maestra, es casi mi favorita, es Soylent Green, también con Charlton Heston.
La serie está protagonizada por Rhea Seehorn, una de las mejores actrices que tenemos ahora mismo. Teniendo en cuenta que buena parte de la serie la sostiene ella sola en plano, ya partimos con ventaja: su presencia basta para que todos salgamos ganando. Es una intérprete con un carácter y un carisma enormes, capaz de manejar emociones contenidas y desatadas casi al mismo tiempo. Realmente impresionante.
Esta invasión es, en apariencia, una invasión muy amable: han tomado el control de toda la población, pero lo hacen con una cortesía desconcertante. En un momento dado afirman que tienen un código ético que les impide hacer daño a nadie —ni siquiera serían capaces de pisar un mosquito o perjudicar a una planta—. Es, en esencia, una invasión ultrapacífica, hasta el punto de que los invasores parecen los “buenos” de la historia. Mientras tanto, ella, desesperada ante la idea de que vayan a ocupar la Tierra y a secuestrar a toda la humanidad, es quien termina pareciendo la agresiva.
Por lo que he visto en estos siete episodios, la serie se sitúa exactamente en un punto intermedio entre Breaking Bad y Better Call Saul, tanto en la narrativa como en la puesta en escena. Está ese detalle tan característico de Gilligan: cómo introduce acciones aparentemente ajenas a la historia -a menudo como prólogos de los capítulos- que más adelante terminan cobrando importancia, ya sea en el mismo episodio, varios después o incluso en el desenlace de la serie.
Como serie, Pluribus no me parece deslumbrante. Todo lo que estoy diciendo son virtudes, sí, pero tampoco siento que esté inventando nada ni que supere a Better Call Saul o Breaking Bad. Aun así, funciona, y funciona tremendamente bien. Es una evolución dentro de la obra de Gilligan que, en mi opinión, resulta muy interesante.






