Fue el momento que todos los espectadores de Juego de Tronos esperaban impacientemente desde la temporada 1: el regreso de los Stark, y más precisamente de Jon Nieve (Kit Harington), a Invernalia, y su venganza contra la espantosa casa Bolton, cuyo principal representante, el infame Ramsay (Iwan Rheon), se había ido imponiendo poco a poco como la peor escoria de Poniente.
Es a las puertas de la fortaleza de los Stark (en manos de los Bolton desde hacía tiempo) donde tiene lugar el encuentro: las envenenadas negociaciones entre ambos bandos y, finalmente, el despiadado enfrentamiento entre los dos ejércitos.
«He visto todas las batallas que he podido encontrar»
Es una flecha de Ramsay, disparada en la espalda del joven Rickon Stark (Art Parkinson) en pleno campo de batalla, la que prende la chispa. Sordo a todo salvo a su ira contra el enemigo, Jon carga entonces solo y de frente contra las fuerzas Bolton, finalmente alcanzado por sus propias tropas, que chocan con sus adversarios en un espantoso estruendo.
Le sigue la primera auténtica batalla campal de Juego de Tronos (al menos de semejante magnitud), pero también una de las escenas de guerra más impresionantes y violentas jamás emitidas en una pantalla, ya sea pequeña o grande.
«He visto todas las batallas que he podido encontrar, incluso imágenes de batallas reales, para entender la organización de tales eventos, lo que funciona, lo que no funciona, lo que te saca del momento, lo que te mantiene en vilo… Nuestra referencia fue Ran de Akira Kurosawa», explicaba Miguel Sapochnik, director del episodio, al micrófono de Entertainment Weekly en 2016.
Compitiendo sin dificultad con ciertas secuencias épicas del cine, la Batalla de los Bastardos busca ser realista, brutal, implacable. Sostenida en particular por un deslumbrante plano secuencia, siempre se concibió como uno de los puntos culminantes de la serie, y fue minuciosamente preparada por los showrunners: «Desde el principio, teníamos en mente ofrecer un enfrentamiento inédito en la serie», explicaba D.B. Weiss en el making of.
«Una batalla campal medieval»

HBO
«Una batalla campal medieval en la que dos bandos rivales llevan todas sus fuerzas a un mismo campo de batalla en un momento elegido, y se enfrentan hasta la derrota de uno de ellos. Es un procedimiento recurrente en la historia de la humanidad. Vimos todos los enfoques cinematográficos sobre el tema, pero ninguno daba la impresión de estar en el corazón de la batalla, de vivirla desde dentro y de percibir su geografía. Queríamos que se sintiera esa idea de que todo puede pasar, con flechas lloviendo en todas direcciones, soldados cayendo en combate, gente pisoteada por caballos…», añadió David Benioff.
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Al final de este episodio excepcional y de este espectacular enfrentamiento, que termina inclinándose a favor de los Stark gracias a la intervención de Sansa (Sophie Turner), llega el esperado cara a cara con el que los espectadores al fin pudieron deleitarse. Es a puñetazos como se zanjan en toda regla las diferencias que enfrentaban a los Stark con los Bolton, así como la cuenta personal de Ramsay.
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