Quien busque una prueba cinematográfica de valentía puede echar un vistazo al drama bélico extremo El Pájaro Pintado, pero es posible que salga espantado de la experiencia. La cinta escrita, producida y dirigida por Václav Marhoul es una sucesión de retorcidas imágenes sobre la mala fortuna de un chaval de 14 años que tiene que sobrevivir al transcurso de la Segunda Guerra Mundial.
Una odisea de casi tres horas que, para muchos, resulta excesiva por el nivel de violencia y brutalidad de sus escenas y que plantea el eterno dilema: ¿es necesario mostrar la crudeza de la guerra de manera tan explícita? ¿qué límites ponemos a las obras cinematográficas? De hecho, en su presentación en el Festival de Cine de Toronto provocó que los espectadores abandonasen la sala de manera masiva.
Si quieres comprobar tú mismo a qué se debe tanta polémica, El pájaro pintado está dentro del catálogo de Filmin.
El pájaro pintado se sitúa en una zona no identificada de Europa del Este, donde vive un niño junto a su tía, de avanzada edad. Un día la descubre muerta y, en el shock inicial, prende fuego a la casa por accidente. Ahí comienza un periplo por llegar a casa de sus padres en el que verá y vivirá todo tipo de horrores.
Ya solo en sus primeros pasos solo, el pequeño se encuentra con un curandero que lo tira al río porque cree que trae mala suerte, un molinero que le quita los ojos a un hombre por mirar a su esposa y un grupo de mujeres en un pueblo viola a una joven con una botella por tener relaciones sexuales con sus hijos. Estas pinceladas son suficientes para darnos cuenta de que la cinta de Marhoul, rodada en blanco y negro, es especialmente grotesca y truculenta.

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La cinta es difícil de ver no solo porque tenga una duración de 169 minutos, sino porque es una mezcla devastadora de cine bélico, drama y terror desde el principio. Esta adaptación de la novela de Jerzy Kosinski es tremendamente dura y, como decimos, provocó la salida en masa de los asistentes a la proyección durante el Festival Internacional de Cine de Toronto de 2019. En total, 40 personas abandonaron la sala de 522 butacas en la que estaba teniendo lugar la proyección.
No fue el único certamen donde sucedió. En el Festival de Cine de Venecia también ocurrió algo similar y en Toronto 30 personas se fueron de la sala cuando había pasado una hora y otra docena hizo lo mismo hacia el final del filme.
A pesar de esta reacción, la crítica aprueba la cinta con un 72/100, según las valoraciones recogidas por Metacritic. «Una meticulosa evocación en blanco y negro de 35 mm de la salvaje y primitiva Europa del Este durante el sangriento final de la Segunda Guerra Mundial», resume la página. En general, los comentarios son favorables, pero van desde el que afirma que es «una obra monumental» y se alegra «profundamente de haberla visto» (The Guardian) hasta los que crees que el director busca impactar y termina ofreciendo el efecto contrario: «¡Miren nuestra terrible historia!», grita El Pájaro Pintado, pero la implacable avalancha de horror repugnante de la película hace que cada capítulo sea menos impactante», escribe The Playlist.