
A comienzos de los años 2000, James Cameron y Ridley Scott tuvieron un sueño. Los dos habían trabajado en los inicios de Alien –Alien: el octavo pasajero y Aliens, respectivamente- y querían «regresar al lugar donde se crearon las criaturas alienígenas» para explicar cómo se crearon. La idea nunca llegó a concretarse y ambos directores se marcharon por sus propios caminos. A Fox le gustó la idea de recuperar Alien y pensó que juntarlo con otro de los grandes asesinos de la historia del cine podía funcionar, así que en 2004 estrenaron Alien vs. Predator.
Aunque la percepción cambia un poco según a quien se le pregunte, la cinta resultó ser un éxito a pesar de los prejuicios iniciales. Cameron creía que iba a matar «la validez de la franquicia», pero cuando la vio estrenada aseguró que «en realidad, era bastante buena. Creo que de las cinco películas de Alien, la pondría en tercer lugar. La verdad es que me gustó. Me gustó mucho».
La película fue dirigida por Paul W. S. Anderson y, sorprendentemente, alcanzó los 177 millones de dólares de recaudación en taquilla para un presupuesto de entre 60 y 70 millones de dólares.
Cuando el industrial y multimillonario Charles Bishop Weyland descubre que sufre una enfermedad terminal, decide inmortalizar su nombre a cualquier precio. La ocasión surge cuando los investigadores de su compañía localizan una misteriosa fuente de calor a más de 600 metros bajo el hielo de una isla en la Antártida. Los escáneres revelan un enorme complejo piramidal que combina rasgos arquitectónicos del antiguo Egipto, Camboya y las culturas aztecas.
Con la intención de presentar este hallazgo al mundo, Weyland organiza de inmediato una expedición formada por arqueólogos, historiadores, soldados de élite y expertos en perforación. Al frente del grupo se encuentra Alexa Woods, especialista en la Antártida, que lidera al equipo hacia lo desconocido.

20th Century Fox
Una secuela de 130 millones de dólares
El estudio debió de pensar que las cifras recaudadas por Alien vs Predator eran suficientes, así que dio luz verde a una secuela que recibió el título de Alien vs Predator: Requiem. La historia arranca justo tras los sucesos de la cinta anterior, cuando una nave de los Predator se estrella en un bosque cercano a Gunnison, Colorado. Del interior emerge un híbrido entre Alien y Predator —el llamado Predalien—, que logra escapar y se encamina hacia la pequeña localidad próxima. Los lugareños tendrán que escapar de la masacre que les ha caído encima.
En esta ocasión, la película recaudó 130 millones de dólares, pero las críticas fueron algo peores.