Jamie Vardy, el mito de la Premier que en su día jugó al fútbol con un grillete electrónico

Jamie Vardy dejará el Leicester este verano tras 13 años allí. El delantero inglés se ha convertido en toda una estrella de la Premier, y no ha podido cerrar el ciclo con unos números más redondos: marcando su gol número 200 en el partido 500 con los ‘foxes’. Sin embargo, su adolescencia no fue tan sencilla.

A los 15 años le echaron del Sheffield Wednesday, el equipo de su ciudad, por su baja estatura. Desde ese momento, no levantó cabeza. Se alejó del fútbol por un tiempo, se puso a trabajar en una fábrica de prótesis y se juntó con las personas equivocadas. Alcohol, drogas, depresiones, delitos… No fue la mejor etapa de Jamie Vardy.

De hecho, por una pelea a la salida de un ‘pub’ estuvo a punto de pisar la cárcel. Todo acabó en una libertad condicional de 6 meses sujeta a la portabilidad de un grillete electrónico en su tobillo. Debía estar todos los días a las 18:30 horas en su domicilio como toque de queda. Y esto también tuvo su repercusión en el fútbol, al que había regresado, a priori, de forma amateur.

“Si los partidos fuera de casa eran muy lejos, a veces solo podía jugar medio partido”. Tenía que jugar llevando esa tobillera, y sus padres lo esperaban en la valla para llevarlo rápidamente a casa. Años más tarde, en su 27 cumpleaños, sus amigos le organizaron una fiesta. Allí trabajaba Rebekah, la que ahora es su mujer, y que le ayudó a “poner los pies en la tierra” y corregir sus malos hábitos.

A la espera de ver qué le depara en sus últimos años, todo el mundo reconoce la leyenda que ha sido Jamie Vardy en el fútbol inglés.

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