
¿Qué tienen en común Alien, Star Wars, Encuentros en la tercera fase e Interstelar, además de ser algunos de los mejores títulos que existen en el género de ciencia ficción? Pues que todos le deben su existencia a 2001: una odisea del espacio. Ridley Scott, George Lucas, Steven Spielberg y Christopher Nolan, entre muchos otros, han reconocido que la obra de Stanley Kubrick les permitió abrir su mente y diseñar sus propias películas fuera de nuestro planeta.
2001 es la piedra angular sobre la que se construye el concepto de ciencia ficción moderna y Fatty Martin repasa todos los secretos del cómo se hizo en una nueva entrega de No es como las demás. ¿Cómo se construye una obra de ciencia ficción con esta factura en 1968? ¿Cuáles son los secretos y trucos para conseguir efectos tan impresionantes? ¿Cómo llegó Kubrick y su equipo a crear una obra maestra trascendental?
Kubrick había estrenado ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú y tenía ganas de preparar una película sobre vida extraterrestre. Kubrick comentó que la primera chispa de 2001: Una odisea del espacio surgió tras leer un informe de la Rand Corporation, una entidad estadounidense dedicada a la investigación sin fines de lucro, que planteaba la posibilidad de que el universo estuviera «repleto de vida». Además, mostraba cierto interés por los ovnis, aunque dejaba claro que no compartía las teorías conspirativas o extravagantes al respecto. Con esa idea inicial rondando su mente, se propuso crear una gran historia.
El cineasta obtuvo la financiación necesaria, pero la película aún tardaría cuatro años en ver la luz y buena parte de la culpa es del director y su meticulosidad. La alta exigencia de Kubrick hizo que el presupuesto inicial de 6,5 millones de dólares se convirtiera en 10,5 por culpa de los ‘reshoots’. Esta cifra puede parecer baja, pero en el Hollywood de los 70 era considerable.
La producción de esta película fue realmente impresionante. Se construyeron decorados colosales, se usaron maquetas, retroproyecciones, trajes diseñados especialmente, e incluso se aplicaron innovadores efectos visuales. Pero antes de entrar en todo eso, hay un detalle muy curioso que merece ser destacado: la presencia de marcas comerciales reales dentro del universo de 2001: una odisea del espacio.

Metro-Goldwyn-Mayer
Sí, en la película aparecen numerosas compañías reconocidas integradas en distintos elementos: los ordenadores son de IBM, Hilton participó en el diseño de mobiliario y de asientos espaciales, Bell Telephone creó un prototipo de videoteléfono, Hamilton fabricó relojes, e incluso la BBC hace acto de presencia. Todo ello con un enfoque estético futurista muy cuidado. Kubrick pensó que si metía empresas conocidas en el universo de 2001 los espectadores darían más credibilidad al relato. Además, esas compañías colaboraron activamente en la creación de objetos clave para la película, lo que supuso una importante ayuda para el equipo de producción y permitió reducir costes en escenografía y diseño.
2001 y los efectos visuales de los 60
Tenemos que ponernos en el contexto de que las técnicas digitales y de CGI que conocemos hoy en día no existían en la década de los 60. Así que para su escena más mítica, la del monolito, recurrió a una técnica pionera en el momento: la retroproyección. Se proyectaron en los fondos imágenes reales de África mientras el set se ubicaba en un estudio. La proyección se reflejaba en un espejo y detrás se ubicaba la cámara, para que pudiera estar perpendicular a la pantalla. Y la pantalla estaba hecha de un material reflectante que reflejaba la luz al set, para que así la iluminación fuese más creíble. Esta no fue la primera película en utilizar esta técnica, pero sí la depuró para llegar a niveles excelentes.
Como muchas otras películas de ciencia ficción de su tiempo, 2001: una odisea del espacio recurrió al uso de maquetas meticulosamente construidas para representar las naves espaciales. Estas estructuras eran de un tamaño considerable, desde modelos de unos 2 metros de ancho hasta la imponente Discovery One, que alcanzaba los 17 metros. Para rodarlas, se utilizaban diferentes técnicas: en ocasiones las maquetas permanecían estáticas mientras se movía la cámara, y en otras, el movimiento se aplicaba directamente al modelo.
Después de terminar la película, Kubrick ordenó la destrucción de la mayor parte del atrezo para evitar su reutilización en otras producciones y mantener la obra como algo único. ¿Y qué fue lo que mandó destruir? Pues maquetas de naves espaciales, la estación espacial giratoria, el Newspad e incluso escenas y metraje de la película nunca vistos.
Puedes conocer más secretos de la mítica producción en el vídeo que encontrarás sobre estas líneas.