
Oliver Stone odiaba a Tom Cruise. O más bien, a lo que representaba: una América perfecta, de gente guapa que siempre se salía con la suya. De hecho, aborrecía a muerte Top Gun y la consideraba una película fascista (ojo: tiene bastante razón), y, a priori, no tenía ningún interés de trabajar con Cruise para el papel de Ron Kovic en Nacido el 4 de julio. De hecho, a su puerta llamaban actores de la talla de Sean Penn, Charlie Sheen o Nicolas Cage, pero el director pensó en lo increíble que sería romper la imagen de perfección de la estrella. Y vaya que si lo consiguió.
Una proposición indecente
Stone se preguntaba qué pasaría si la tragedia acechara al típico chico perfecto de película americana, si la fortuna le negara el paso. Dicho de otra manera: «¿Qué le pasaría a Tom Cruise si algo fuera mal?». El actor quiso prepararse tanto para el papel que estuvo un año visitando a veteranos, documentándose y practicando en a silla de ruedas. Es más: incluso hizo ensayos con el propio Kovic y aprendió la manera de expresarse y de moverse. Sin embargo, Stone quiso llevar las cosas un poquito más allá, creando la incomodidad entre todos los miembros del equipo.
Para que el actor se metiera del todo en el papel, el director propuso que tomara una droga química que le dejara paralizado durante dos días, para así sentir del todo lo que es ser parapléjico y así entender mejor las dificultades de Kovic en su día a día. Sin embargo, en el último momento, la empresa de seguros prohibió la idea porque descubrió que la droga le podría haber causado problemas permanentes. Aparentemente, ese es el único problema que le vieron a esta absoluta locura.
Golden Globes
Al final la cosa salió bien: la película fue un éxito, recaudando 162 millones de dólares, Cruise consiguió una nominación al Óscar y, quizá más importante, recibió la Estrella de Bronce de Kovic después de las regrabaciones como regalo de cumpleaños y reconocimiento de su desempeño en el papel. ¡Y sin necesidad de quedarse paralítico!






