Si tuviera que elegir un director contemporáneo cuyas películas me han llegado muy dentro, ese sería, sin duda, Sean Baker, un tipo que sabe como nadie describir las miserias del ser humano sin caer en la misantropía ni en la condescendencia.
Mi primer acercamiento a su cine fue con la maravillosa Tangerine, una película que ya tocaba el tema de las trabajadoras sexuales, con bastante humor y ternura pero sin desdeñar las situaciones delicadas, rodada además con un iPhone. Las protagonistas eran dos prostitutas, negras y trans para más señas. La película las dignificaba, las humanizaba y normalizaba.
Posteriormente, en 2017 llegó la película que marcaría su espaldarazo definitivo, The Florida Project, otro retrato de las clases sociales más empobrecidas, de nuevo una protagonista femenina, madre soltera y muy joven, prostituta también, y que vivía en un destartalado motel junto al parque Disney de Orlando. De nuevo, un triunfo crítico que estuvo nominada a Mejor Actor Secundario por la sublime interpretación de Willem Dafoe.
En 2021 estrenó Red Rocket, su película más controvertida y polémica, sobre todo por el espinoso tema que trataba: un exactor porno interpretado por Simon Rex -exactor porno, también, en la vida real- que huía a su pueblo natal y donde conocía a una menor, una chica que, según el protagonista, podía tener un futuro muy prometedor en el mundo del porno.
De nuevo, Baker retrataba la América profunda en la era de Trump, sin juicios morales, pero con una total implicación humana, revelando al autor como uno de los grandes cronistas que tenemos en la actualidad. Poco podía él sospechar que, tres años más tarde, iba a estrenar la película por la que recibiría nada menos que cinco Óscar, incluido el de Mejor Película, Mejor Dirección y Mejor Guion Original.
La ‘Pretty Woman’ más feroz y ganadora del Oscar
Anora, interpretada por una soberbia Mikey Madison, es una una chica que hace lap dance y también se prostituye. Un día ve cómo, de repente, su vida puede girar 180º y convertirse en la nueva Cenicienta cuando conoce al caprichoso e impulsivo hijo de un magnate ruso, del que se enamora (o quizás no de él sino de su estilo de vida) y llegan a casarse. Pero la familia del chico no ve con buenos ojos el enlace… y el lío está servido.
Esta película es una de esas que cabalga por la fina línea del drama más atroz y la comedia más negra, una especie de reverso tenebroso de Pretty Woman. «Hay cineastas a las que les pirran las historias de chicas melancólicas revestidas de lazos y colores pastel. A Sean Baker, por lo que sea, lo que le gusta es convertir en protagonistas a los marginados de la sociedad. Anora, su nueva película, repite patrón, pero lo que ha hecho el cineasta es, sin rodeos, una de las mejores películas del año», dice Andrea Zamora en su crítica para SensaCine.
Pocos espectadores estarán preparados para el puñetazo emocional de Anora, una obra (casi) maestra que, a pesar de alargarse casi hasta las dos horas y media, en ningún momento cansa, todo lo contrario. Una fábula triste y, en ocasiones, carcajeante, una película que vale su peso (¿su duración?) en oro y que ahora podemos disfrutar en SkyShowtime.